El agua: el secreto de la juventud

Hay quien opina, dentro de los expertos, que la Historia de la humanidad es la Historia de la lucha contra la muerte. Se puede estar más o menos de acuerdo con eso teniendo en cuenta la facilidad para luchar entre sí del ser humano, pero sí es cierto que desde que somos conscientes de nuestra existencia como tal, somos conscientes de la desaparición de la misma. Así surgió el arte, como forma de inmortalizar a los faraones, y así surgió la religión, las leyendas sobre alquimia, los charlatanes y la baba de caracol.

Sin embargo, es mucho más sencillo atender a nuestra propia naturaleza y confiar en nosotros mismos, es decir, en nuestra composición. Los seres humanos parecemos de carne y hueso, pero en verdad las tres cuartas partes de nuestro peso corporal son agua. El agua es el 85 por ciento de la sangre, el 75 por ciento del cerebro, el 70 por ciento de los músculos y hasta el 22 por ciento de la osamenta. Por eso es importante hidratar diariamente nuestro cuerpo, y los resultados y beneficios obtenidos, son mucho mayores y más eficientes que cualquier dieta, crema, ejercicio noruego o sauna asfixiante (que también es buena).

Por supuesto, aunque la cantidad diaria recomendada es de 6 a 8 vasos de agua, es importante, como siempre decimos, consultar en cada caso a un especialista. Llámanos sin compromiso.

Diariamente nuestro cuerpo realiza un sinnúmero de procesos en los que se pierde agua, por lo que la piel tiende a resecarse, además disminuye la humedad de nuestro organismo, necesaria para funcionar bien.

En condiciones normales y con un adecuado funcionamiento del riñón, una persona pierde alrededor de 1450 mililitros de agua al día, distribuidos entre el agua como orina (500 mililitros), durante la respiración como vapor de agua (600 mililitros), en el sudor (200 mililitros) y desde luego dependiendo de las condiciones climáticas y actividad física que se realice. Por lo tanto es necesario que le ayudemos a nuestro cuerpo a mantener el equilibrio, compensando esta pérdida tomando no menos de 1.450 mililitros de agua diariamente y mucho mejor si completamos los dos litros.

El agua: medicina natural

Estudios recientes han concluido que la ingesta de agua en cantidades apropiadas, reduce un 45%, el riesgo de colon y a la mitad las probabilidades de desarrollar cáncer de la vejiga; debido a que la deficiente hidratación concentra mayor cantidad de sustancias tóxicas y cáncerigenas en esos órganos.

Se habla también acerca de los estudios realizados en Inglaterra, los cuales concluyeron que el estar hidratado reduce en un 79% el riesgo de padecer cáncer de mama.

Se le ha atribuido también a la ingesta de una cantidad adecuada de agua, la disminución de la producción de cálculos o piedras en el riñón y la incidencia de las infecciones urinarias.

Finalmente se ha comprobado que si nuestro cuerpo esta lo suficientemente hidratado, aumenta las sustancias para el control de bacterias en la boca y que se encuentran en la saliva; evitando la gingivitis (inflamación de encías), caries y otras enfermedades de la boca.

Además de consumir los dos litros de agua diario, exiten otras maneras de hidratar a nuestro cuerpo. Un buen ejemplo es a través de las frutas, incluyendo y aumentando el consumo diario de sandías, naranjas, uvas, peras y duraznos. Asi que cómalas solas, en postres o como el ingrediente principal de una refrescante bebida.

Tomar agua al levantarse, durante el transcurso del día y cada vez que se tenga sed, permitirá que todo su cuerpo funcione armónicamente, luciendo sano y brillante.

Alimentos sanos… ¡Que son tóxicos!

Quién te iba a decir hoy que hay varios alimentos en tu cocina, que tienen un uso cotidiano, que en realidad albergan sustancias tóxicas. ¡Y los consumimos con frecuencia! No te alarmes, no son para tanto; para llegar a criar malvas con ellos es necesario cometer un error o abusar -mucho-, y posiblemente sea peor la indigestión que sus efectos, Sin embargo, es algo muy interesante a nivel nutricional y que nos habla de la cara salvaje de la naturaleza.

Por supuesto, aunque hay algunos conocidos que pueden ser nocivos en el mismo momento de consumirlos, otros se pueden acumular en el organismo, dañándonos con el paso del tiempo como son la sal, los azúcares refinados, harinas y grasas saturadas. Siempre hay que tener mucho cuidado con la alimentación (por eso siempre insistimos en que es aconsejable ponerse en contacto con un profesional para regular la dieta y, preferentemente, que nos llames a nosotros).

La nuez moscada

La nuez moscada tiene efectos alucinógenos y en grandes cantidades, puede generar convulsiones y paranoia. Esto ocurre gracias a la miristicina, que actúa de forma similar al ácido lisérgico. En las cantidades que normalmente se utilizan en cocina no representa un gran peligro, pero han habido serios casos de intoxicación con nuez moscada al intentar utilizarla como una droga psicoactiva.

Las cerezas

Las semillas de las cerezas contienen un tipo de cianuro de hidrógeno llamadoácido prúsico. Una alta concentración de este ácido puede matar a un humano en minutos. Fue utilizado en grandes cantidades por los nazis en los campos de concentración. Así que ten cuidado, ¡separa bien la pulpa de la semilla!

¿Las almendras? ¡Sí!

Las almendras, al igual que las semillas de cerezas, contienen cianuro de hidrógeno. Un consumo de apenas 7 u 8 almendras puede generar problemas fisiológicos en un adulto y ser fatal en un niño. Así que es preferible no consumir demasiadas.

El atún, no me lo puedo creer…

El atún contiene una considerable concentración de mercurio. Normalmente, nuestros riñones lo procesan en forma adecuada y no representa un peligro. Ahora bien, si nuestro organismo no lo procesa como debe, el mercurio puede dañar el normal desarrollo de las funciones cerebrales. Puede causar mareos, desmayos y falta de coordinación.

¡La miel! ¡No por favor!

La miel sin pasteurizar contiene una toxina conocida como andromedotoxina. Elenvenenamiento por miel puede ser fatal en personas con afecciones cardíacas o respiratorias. Asimismo, en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen en algunas horas.

Día a día consumimos estos alimentos, pero ¿sabemos realmente qué contienen? Claro que una cucharada de miel, un par de almendras o un poco de atún no nos va a matar al instante, aunque consumidos en exceso: pueden ser perjudiciales.

Además presentan riesgo adicional para los más chicos y las mujeres embarazadas, por lo tanto, el cuidado que debemos tener es mucho mayor.

La magia del jengibre para las mujeres

Todos sabemos que las mujeres son especiales por muchos motivos, no sólo por el milagro de engendrar vida o encontrar cosas que no se saben dónde están. La mujer está sujeta continuamente a cambios en su cuerpo y siempre es bueno apoyar esas necesidades mediante la nutrición. El jengibre puede ser un buen aliado.

El consumo habitual de jengibre nos aporta los siguientes beneficios:

• Antiinflamatorio y analgésico natural: el jengibre se recomienda en el tratamiento natural de enfermedades inflamatorias y/o dolorosas como la artritis, la artrosis, la fibromialgia o la fatiga crónica.
• Digestivo: nos ayuda a tratar malas digestiones, flatulencias, gastritis, úlceras gástricas, diarrea, etc. Funciona también como protector estomacal ante el consumo de alcohol y medicamentos.
• Afecciones de garganta: ayuda a tratar infecciones e inflamaciones de la garganta, y és muy útil en casos de afonía y para cantantes profesionales.
• Náuseas y vómitos, especialmente recomendado en los primeros meses del embarazo, debido a que no ocasiona efectos secundarios ni al feto ni a la madre. También es un suplemento ideal durante la quimioterapia en el tratamiento del cáncer.
• Ayuda a prevenir los mareos en los viajes
• Aporta calor: el jengibre tiene un alto potencial calorífico, tanto si lo tomamos como si lo aplicamos externamente. Lo recomendamos especialmente a personas frioleras y épocas de frío. En épocas de calor deberemos tener en cuenta que puede aumentar la sudoración.
• Acelera el metabolismo: esta propiedad calorífica también promueve que se acelere el metabolismo, muy útil si queremos perder peso.
• Aumenta la líbido: el jengibre es un afrodisiaco natural. Recomendamos realizar un preparado de jengibre y canela en polvo con miel, y tomar una cucharada diaria.
• Previene las enfermedades cardiovasculares y favorece la circulación: sin embargo, si se está tomando medicación puede interferir en su acción, por lo que deberemos consultarlo con el médico.

Cómo lo consumimos

• Raíz cruda: la podemos rallar e incluir en recetas de todo tipo.
• En polvo: para realizar un tratamiento recomendamos tomarlo en polvo par a poder controlar la dosis. Recomendamos no superar la dosis de 2 gramos diarios y consultar siempre con un terapeuta profesional.
• Confitado: el jengibre confitado es fácil de encontrar hoy en día en herbolarios, dietéticas o tiendas deliciosas. Deberemos tener en cuenta que tiene un alto contenido de azúcar.
• En infusión: En infusión caliente es ideal para personas frioleras.
• Jugo fresco: el jugo fresco de jengibre, sin abusar, nos permite dar un toque original y medicinal a jugos de manzana, piña, zanahoria, etc.
• Aceite esencial: si lo conseguimos en aceite esencial podemos usarlo para dar masajes y, por ejemplo, para los pies fríos. Lo mezclaremos con nuestra crema hidratante habitual y masajearemos bien los pies. En poco rato notaremos el gran calor que desprenden.

Propiedades del pimiento (vídeo)

En nuestro vídeo de esta semana te contamos todas (que nos son pocas) las propiedades que poseen los pimientos, entre las qué destaca la capacidad para hidratar el organismo, su alto contenido en vitaminas y fibra y una gran versatilidad en la cocina.

Muy recomendado para ensaladas, costumbre que debe investigarse y ampliarse.

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Beneficios de comer verduras crudas (vídeo)

Nos pasamos al audiovisual, lo tenemos claro. Aunque no pensamos abandonar el texto dentro de este, nuestro blog, nos hemos abierto un canal en Youtube (entra aquí para suscribirte) para ofrecerte contenidos más fresquitos, divertidos, rápidos y cómodos de conocer.

Esperamos, sinceramente, hacerte un poco más feliz.

¡Muchas gracias!

Alimentación y deporte: dieta básica

El deporte no es posible sin una alimentación que le respalde. Alimentación y deporte han de ir de la mano durante los entrenamientos y desde su principio. Por eso, comer adecuadamente antes de un ejercicio no va a librarte del agotamiento físico, no es tan sencillo: aunque comamos un día bien, seguiremos sin ser capaces de correr los 100 metros lisos sin caer en estado de fatiga. Es más, la alimentación y el deporte deben recorrer juntos un largo camino para llegar al podio o simplemente para sentirse bien. Asimismo, hay que tener en cuenta que, además de recorrer unos caminos juntos, la alimentación y el deporte deben estar relacionados. Es decir, no todos los deportes llevan asociado el mismo tipo de alimentación. Se deben hacer diferencias según una serie de características como tipo de acto deportivo, aeróbico o no, características del deportista, etc.

Los factores a tener en cuenta en el ejercicio y los nutrientes necesarios son la intensidad alcanzada y la duración de la misma. Ambos factores se condicionan mutuamente, es decir, a una intensidad grande la duración tiene que ser obligadamente pequeña, mientras que, con intensidades bajas, el ejercicio correspondiente se puede mantener durante más tiempo. Cuando se practica un deporte con cierta intensidad, el metabolismo tiene que adaptarse a la nueva situación, por lo que las necesidades de nutrientes cambian significativamente.

Esta sería una dieta base (diaria) para un deportista. Se basa en una buena selección de alimentos, unos procedimientos adecuados de preparación culinaria y unas normas para el horario de comidas, duración de las mismas, etc. Para su preparación se deben escoger alimentos con garantías nutritivas. Es decir, productos integrales (pan, pasta, arroz…), patatas, verduras, productos lácteos, carne magra (por lo menos una vez en semana), pescado y fruta fresca. No hay porqué renunciar a gustos personales (dulces, chocolates, etc.), ni siquiera a determinados hábitos (tomar «algo» fuera de casa, cenar en una hamburguesería etc.), pero sí hay que administrarlos con mucho cuidado. Deben constituir algo exclusivamente esporádico, reducido a fiestas familiares, sociales o similares.

Desayuno	200 cc. de leche con café y 25 g de azúcar 50 g de pan 15 g de mantequilla 20 g de miel
Tentempié	(Igual a la merienda)
Comida	250 g de legumbres frescas en ensalada 150 g de carne magra o pescado 150 g de arroz o patatas 30 g de queso o postre lácteo 50 g de pan 2 piezas de fruta
Merienda	1 pieza de fruta 30 g de queso o jamón 50 g de galletas 200 cc de leche o producto lácteo
Cena	300 g de verduras y patatas 150 g de carne, pescado o huevos 150 g de legumbres o ensaladas 50 g de pan 200 cc de leche

Alimentos que mejoran la piel

Sé que gusta estar guapa, pero eso no lo es todo. Y digo «guapa» cuando podría decir «guapo» perfectamente, ya que cada vez son más hombres los que comienzan a cuidarse, y cuidarse ha de ser siempre por dentro y por fuera, es decir, la piel también requiere atenciones y mimos, no ya por los cánones de belleza que compartimos en nuestra cultura o por la ambición humana de alcanzar la juventud enterna, si no porque la piel también es parte de nuestro organismo y ha de ser cuidada al igual que el resto de nuestro cuerpo. Cuida tu piel, primero por salud.

Desde un punto de vista consumista, se nos ha enseñado que la piel ha de cuidarse desde fuera hacia dentro, es decir, aplicando cremas con extractos extraños y una gran gama de variedades del Aloe Vera (que es buenísimo para la piel), y en parte llevan razón, pero no más que el precio prohibitivo que ciertas empresas intentan cobrarnos por una sencilla crema hidratante (útil también).

Sin embargo, la piel ha de cuidarse primero desde el interior: si mejoramos nuestra alimentación e incluimos ciertos elementos a nuestra dieta, tendremos una piel más sana, fuerte y elástica. Por supuesto, ni qué decir, que no sólo basta con incluir alimentos, si no eliminar aquellos que puedan resultar nocivos, como el tabaco y el alcohol, que nos resecan la piel y pueden favorecen la aparición de la psoriasis.

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Brócoli: Esta verdura posee elementos que estimulan la producción de enzimas que protegen la piel. La Universidad John Hopkins hizo un experimento en el que reveló que el brócoli protege las células de la piel contra la propagación del daño cancerígeno provocado por el sol.

Tomate: Un estudio realizado por la Universidad Charité de Berlín descubrió que el licopeno (antioxidante que se encuentra en el tomate) ayuda a que la piel esté más suave y protegida ante los contaminantes ambientales.

Chocolate negro: Suaviza y mejora la apariencia de la piel ya que contiene sustancias que ayudan a contrarrestar el envejecimiento.

Té verde: Tiene propiedades anti-inflamatorias y efecto rejuvenecedor sobre la piel. Además, posee catequinas, antioxidante que tiene sustancias anticancerígenas, por lo que el té verde es perfecto para la prevención de diversos tipos de cáncer.

Aceite de oliva: Gracias a los ácidos grasos naturales y a su contenido en vitaminas E y K, el aceite de oliva es muy útil para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel. También combate la sequedad de la piel y la formación de arrugas.

Nueces:. Estos frutos secos contienen componentes esenciales para mantener la salud de la piel ya que tienen un alto contenido de vitamina E, vitamina A y zinc. Estos nutrientes combaten los procesos de oxidación originados por los radicales libres.

Por cierto, practicar sexo, relajado y placentero, es la mejor forma de mantener un cutis firme y brillante. Además es bueno para el corazón, el sistema respiratorio, y quema bastantes calorías. Mejora las relaciones interpersonales y aumenta considerablemente el buen humor. Consumir preferentemente con grandes dosis de amor.

Dietas según la prueba física realizada

Todo buen deportista sabe que es necesario tener energía para poder gastarla, es decir, existen unas necesidades de nutrientes en el deportista para realizar eficazmente una prueba física. Según este gasto energético, la diete debe adaptarse para cubrir este consumo correctamente y no permitir la acumulación de grasas.

(Datos según U.N.E.D.)

Modalidad deportiva	Gasto medio
Remo (19 km/hora)	900 kcal/ m2/hora
Fútbol	600 kcal/m2/h
Baloncesto	400 kcal/m2/hora
Patinaje (15km/h)	300 kcal/m2/h
Natación (3km/h)	1.000 kcal/m2/h
Bicicleta	280 kcal/m2/hora
Carrera 18 km/hora	780 kcal/m2/hora
Carrera 9km/hora	400 kcal/m2/hora

La cantidad de calorías aportada por la dieta diaria varía en función del peso del deportista, sexo, edad y modalidad deportiva. Por tanto, las proporciones de macronutrientes antes mencionadas son de carácter individual para cada persona o deportista y su administración debe estar repartida a lo largo de todas las ingestas diarias. Evitando siempre, tomar alimentos de forma aislada y dando prioridad a la combinación de los mismos, como por ejemplo: fruta con un bocadillo de jamón York, o pescado con arroz y verduras, etc.

Cantidad en gramos de macronutrientes en la dieta diaria (orientativa):

Deportes de fuerza	550g de hidratos de carbono 200 g de proteínas 140 g de lípidos
Deportes de resistencia	500 g de hidratos de carbono 100 g de proteínas 100 g de lípidos.

Menú base diario, orientativo, para los deportes de fuerza y resistencia

Fuerza	Resistencia
250 g de pan integral o 200 g de cereales	250 g de pan integral o 200 g de cereales
1l de lácteos	700 g de lácteos
350 g de carne o pescado o equivalente en huevos	250 g de carne o pescado o equivalente en huevos
350 g de fruta fresca y 250 g en zumo y 50 g de fruta seca	300 g de fruta fresca y 250 g en zumo y 100 g de fruta seca
400 g de patatas o 200 de arroz	400 g de patatas o 200 de arroz
30 g de grasa para aderezar	30 g de grasa para aderezar
40 g de miel o azúcar	50 g de miel o azúcar
40 g de frutos secos o 60 g de galletas integrales	30 g de frutos secos o 50 g de galletas integrales

Astenia primaveral para principiantes

«Abril de mis amores, suéltame, que tengo que ir a trabajar…» Cuantas veces habremos dicho esto durante esta semana, que el viento y los retazos de calor nos han traído lo mejor y lo peor de la primavera; el agua y el cansancio inexplicable de la astenia primaveral.

Mucha gente no lo sabe, pero con la llegada de la primavera, la mitad de la población se siente más cansada, sin energía y con falta de concentración, debido al aumento de las horas de luz y al cambio de temperatura. Así lo confirma una reciente encuesta elaborada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito) de España.

El estudio, realizado entre 2.400 personas, destaca que las mujeres y los individuos alérgicos al polen son los más afectados. El informe señala que, por edad, es más frecuente en los que tienen entre 20 y 30 años (35%), seguidos de los comprendidos entre 30 y 40 (32%), y en cuanto a la ocupación, son los trabajadores por cuenta ajena (40%) los que más cansancio acusan con la llegada de la primavera, seguidos de los estudiantes (23%).

El 56% de los encuestados afirma sentirse cansado o con baja energía por el cambio de estación y al 52% le cuesta más concentrarse, según la encuesta. Para evitar este síndrome primaveral, los expertos recomiendan cuidar la alimentación, practicar ejercicio diario y dormir más horas.

Hay que tener en cuenta, como ventaja, que es un estado pasajero que desaparecerá a los diez o quince días, cuando nuestro biorritmo se acostumbre al cambio de horas de luz y de temperatura. Suele acompañar de otros síntomas como la fatiga muscular, la falta de apetito, trastornos del sueño, disminución del deseo sexual, dolor de cabeza o tristeza inexplicable.

Para combatir los efectos de la astenia primaveral, recomendamos comer sano (mucha fruta) y hacer algo de ejercicio, entre los consejos siguientes:

• Algo fundamental es llevar una alimentación saludable y equilibrada, aumentando el consumo de frutas, verduras y hortalizas y disminuyendo la ingesta de dulces y grasas. Por ejemplo, puedes hacerte un cocktail matutino de «vitaminas» con un revitalizante zumo o licuado casero. ¿Lo más efectivo? Mezclar algunas frutas y hortalizas, por ejemplo zanahoria, naranja, pomelo, kiwi… además, así empezaremos la mañana activando nuestra creatividad.

• Beber suficiente liquido, preferentemente agua y en una cantidad aproximada de 1-2 litros al día, para favorecer la función renal e intestinal, y eliminar toxinas. Te será más fácil hacerlo si tienes una botella de agua a mano o también puedes tomar alguna infusiones a lo largo del día.

• Es recomendable que las cenas sean ligeras, al menos dos horas antes de ir a dormir, para que la digestión no interfiera en el sueño. Una ensalada variada con diferentes tipos de lechuga, tomate, fresas, kiwi y algunas nueces que acompañe a un pescado o a un filete de carne magra puede ser tu cena ideal.

• Llevar una rutina del sueño y el descanso, acostándose y levantándose a la misma hora y durmiendo el tiempo necesario.

• Realizar una actividad física de intensidad moderada de forma regular, como caminar, montar en bicicleta o nadar, pues ayuda a liberar tensiones y favorece el descanso nocturno. Además, ahora que llega el buen tiempo, los deportes al aire libre te harán disfrutar de la naturaleza y recuperarás las ganas de emprender nuevas actividades.

Comenzar una dieta; cuidar el alma

¿Cuantos motivos hay para cuidarse? Ese pellizquito que nos cogemos en la barriga cuando nos sentamos (qué poco nos gusta). O las escaleras, que cada vez tienen más escalones. El miedo a la playa (y no es por los tiburones). Y lo peor de todo: la mirada del médico, grave pero amable, que precede al «tenemos que hablar». Todo motivo, por pequeño que sea, siempre es un gran motivo. La dificultad para dar ese primer paso y comenzar a hacer dieta no es la oportunidad (que suelen ser los lunes), es mantenerse firme. Hay que entender que es un hecho que está más relacionado con la mente y el espíritu que con comer ensaladas. Para ello te invitamos a hacer tuyos los siguientes pasos:

Comenzar a hacer una dieta -que no es otra cosa que ajustar la alimentación según nuestro organismo lo necesite-, no debe fundamentarse en un aspecto estético solamente, aunque sea completamente comprensible e incluso importante en muchos aspectos relacionados con la autoestima y las relaciones sociales. Comenzar una dieta necesita, principalmente, una visión muy clara de la importancia de respetar nuestro cuerpo, amarlo, cuidarlo y entender que es nuestro templo.

Por eso, el primer paso que se ha de dar debe ser poner a dieta nuestra mente de miedos, inseguridades y obsesiones que puedan derivar en trastornos. Hacemos dieta porque amamos nuestra naturaleza, tal y como somos, en una vida sana y feliz. Intentaremos olvidar la publicidad, las modelos, los comentarios de los demás o lo que pensamos que los demás desean en un cuerpo. Si comprendemos qué es lo mejor de nosotros mismos, será más fácil mejorar.

El segundo paso también está orientado más a nuestra mente que a nuestro cuerpo, binomio indivisible. Para progresar en cualquier meta que nos propongamos en nuestra vida, es importante cultivar aquello que ha distinguido a los grandes genios: la perseverancia. No es necesaria una habilidad que nos haga diferente para desarrollarnos como personas, pero sí es crucial el esfuerzo y la tenacidad. Si nos proponemos comenzar una dieta, debemos ser capaces de demostrarnos que nuestra voluntad es férrea hasta el punto que comprendamos que el respeto a nuestra salud en nuestra forma de vida. Es una creencia que practicamos, un valor moral.

Sabiduría. Para todo, sabiduría. Al igual que un mecánico aprende su profesión de alguien que conoce los secretos del gremio, no es posible (ni mucho menos recomendable) comenzar a ajustar nuestro organismo por ensayo y error probando cualquier dieta que escuchamos en la calle o que nos recomienda alguien. Debemos dejar nuestra salud en manos expertas y aprender de aquello que nos tenga que decir. Es realmente importante acudir a un especialista y entender qué nos dice. Este fue el motivo que llevó a Mundo Salud a iniciar este blog, y eliminar todos los rumores sobre salud y nutrición que vagan por la red intentando vender productos milagrosos que pueden llegar a ser dañinos (por eso insistimos en que nos visites).

Por último, deja que tu dieta forma parte de tu vida: haz deporte, conoce la gastronomía, viaja y conoce otras formas de alimentación. Disfruta de tu salud y de la gente que rodea. Alberga pensamientos positivos y mantén siempre la esperanza.

Aunque pueda parecer filosofía barata, no lo es. Al fin y al cabo, ¿no hacemos lo que hacemos para ser más felices?